Un viaje de ida…

En cada avalancha descubro sentimientos nuevos. El viernes 22 de octubre se realizó una en la UTU de Malvín, la cual no conocía.

Fue la primera vez que ayudé a dirigir una avalancha, debo confesar que al principio al ver tantos alumnos -casi 60- y la mayoría menores de 18 años no sabía si lograría que se integraran.

Pero la curiosidad es nuestra mejor aliada, por ella se acercaron y al ver que nos divertíamos se sumaron, fue una experiencia hermosa.

El llevar el tango a personas de más de 20 años es muy lindo, pero llevarlo a niños y adolescentes es fantástico. Mediante una danza enseñarles a los jóvenes que se puede bailar y seguir siendo amigos, dejarlos descubrir que, en contra de la creencia popular, todos podemos bailar, que no es cuestión de género y lo más importante: que sientan que a todos nos importan, ya que la juventud es la mayor riqueza de una sociedad.

Carol