El jueves 28 encontré en el Boletín la invitación de Avalancha Las Piedras para una chorizada. ¡Es cierto!, el Turco y Ale nos habían avisado pero otras actividades nos distrajeron. Desde el día anterior no me sentía muy bien, el aumento de medicación para mi Parkinson estaba haciendo estragos, me levantaba sin energía, con náuseas, solo quería dormir. Pero estábamos tan cerca... ¿ Podíamos fallarles a los compañeros de Las Piedras? Comencé a mandar mensajes de texto para organizar la ida. Hacia las 11 de la mañana pude confirmarles a todos: ¡nos vamos a Las Piedras! Como yo no podía con mi cuerpo, a las 20 hs. le dije a mi marido “ No doy más....andá vos “. Allá marchó…no muy convencido. Me había visto organizar la ida y que yo no fuera. Al rato tomé valor, me maquillé, me vestí y fui en mi auto (cosa que no tuviera que molestar a nadie si me sentía mal) hacia Las Piedras.
Nunca me voy a olvidar de lo que viví. Las caras de alegría de mis compañeros porque allí estaba, sus abrazos. El agradecimiento de la gente de Las Piedras porque habíamos ido. Que se me acercara Alejandro para agradecerme y ¡lo bien que nos recibieron! Hasta me bailé unos tangos. Fui la primera en irme pero ya me sentía mejor. ¡La integración estaba cumplida y eso es lo que más me gusta de Avalancha! Puse la cabeza en la almohada y dormí feliz.
Mónica de Sauce